martes, 22 de noviembre de 2011

La humildad por María Caracuel


Había un hombre llamado Joaquín y su mujer llamada Cristina, vivían a las afueras de la ciudad, ya que eran pobres y no se podían permitir vivir allí.
Joaquín fue a dar un paseo al campo. De repente se encontró con una cueva.
Al hombre le dio curiosidad por entrar:
-¿Qué es eso que brilla tanto?
Joaquín se acercó, y se emocionó al ver tantas joyas. Cuando estaba anocheciendo llegó a su casa, y le contó a su mujer todo lo que había visto en esa cueva.
A su mujer le extrañó:
Fue a mirar en la colección de libros de las antiguas cuevas. Al día siguiente fueron a mirar esa cueva, y efectivamente todo lo que ella leyó era cierto. Esas reliquias se habían conservado durante muchos siglos.
Joaquín se creyó que se haría rico con esas reliquias, y podría comprarse una nueva casa, pero su mujer le dijo:
- ¡Como crees semejante locura! Si te ven puedes ir a la cárcel, eso es un delito. Todo esto lo tenemos que dejar aquí.
- ¡No! Si viene gente no serán tan generosos, todo esto se lo llevarán.
- Pues lo llevaremos a un museo.
- Bueno está bien. Ahora ¿cómo lo llevaremos?
- En el coche, tráelo ahora mismo.
La mujer llamó a la policía y, ella le explicó todo. Los policías le creyeron, y en un momento llegó su marido. Cargaron todas las joyas en el coche de patrulla y se lo llevaron al museo.
Como la policía vio que eran personas humildes y pobres, le dieron una nueva casa y una recompensa.
Y la mujer le dijo:
  • La verdadera humildad es hacer lo correcto.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esther:

Me ha gustado mucho este cuento, es divertido y me gusta la idea de los cuentos

Anónimo dijo...

NO estamal pero que nada mal.megusta un poco.

Anónimo dijo...

no esta nada mal